Ambas cintas están basadas en las series de libros
homónimos que han sido éxito de ventas.
Las películas pretenden replicar los resultados
de taquilla de Crepúsculo.
Con sólo 16 años, Beatrice Prior ya tiene que decidir qué hará el resto de su vida.
Esa es la premisa de Divergente, película dirigida por Neil Burger (Los ilusionistas)
que está basada en la primera parte de la trilogía de novelas de Veronica Roth.
Y como la historia está ambientada en un futuro distópico, la protagonista
no elige una simple profesión, sino que debe encontrar la facción de la
sociedad que más le acomode para dedicar su vida a ejercitar una
determinada virtud: verdad, abnegación, osadía, cordialidad o erudición.
El problema es que la joven, interpretada por Shailene Woodley (Los descendientes),
tiene un secreto: es una divergente, es decir, es capaz de controlar las
pruebas que definen a qué facción se pertenece y por ello no calza en
ninguna de esas categorías. Algo que la hace peligrosa para esta muy
ordenada sociedad que tiene entre sus líderes a la severa Jeanine
Matthews (Kate Winslet) y, por lo cual, está condenada a muerte
si alguien se entera de su condición.
Divergente llega a Chile recién el 3 de abril, pero ya tiene dos
secuelas anunciadas para 2014 y 2015. ¿La razón? Se trata de uno
de los últimos grandes éxitos de la
literatura juvenil y, como tal, aspira a tener un popular y lucrativo paso
a la pantalla grande como ya han logrado las adaptaciones de las sagas de
Crepúsculo. Las mismas no sólo fueron un éxito
de taquilla sino que también catapultaron a
la fama a sus protagonistas, como Kristen Stewart, Robert Pattinson
y Jennifer Lawrence.
En Divergente, la heroína -que se hace llamar Tris- no está
sola en su lucha por la sobreviviencia y es así como conoce a Cuatro
(Theo James), quien no sólo la ayudará,
sino que también se convertirá en su interés amoroso, elemento
que se ha convertido en un factor importante en este tipo de adaptaciones.
“Uno de los muchos aspectos que me atrajo a Divergente fue su relación”, dijo al
respecto Woodley al sitio Collider, “No es una de esas relaciones dramáticas
adolescentes donde es amor a primera vista y ella se derrite por él, donde después
él y ella debe perseguirlo”, comento en referencia a Crepúsculo.
La segunda apuesta en sagas juveniles sí utiliza a estas criaturas fantásticas.
Se trata de Academia de vampiros, que llega a salas locales el 27 de febrero, y
está basada en la popular saga adolescente creada por Richelle Mead . En este
caso, la historia se centra en Rose Hathaway, una chica que es parte humana y
parte vampiro que es interpretada por Zoey Deutch (Hermosas criaturas) y su
mejor amiga Lissa Dragomir (Lucy Fry), quien es un vampiro moroi, es decir,
una raza especial que es bondadosa, pero no inmortal. Es por eso que Rose y
Lissa son parte de la Academia de vampiros, un lugar donde se preparan para
defender a los moroi de los strigoi, vampiros malvados e inmortales. En la cinta
se muestra cómo ambas amigas, quienes tienen un intenso lazo, han escapado
de la academia y tratan de vivir en el mundo de los humanos, mientras Lissa
La película, que mezcla la fantasía con la acción y altas cuotas de humor, también
muestra la atracción de Rose por su mentor Dimitri Belikov (Danila Kozlovsky).
Debido al romance y al hecho de que trata de vampiros, las comparaciones con la
franquicia Crepúsculo son aún más frecuentes, pero Deutch -quien es hija de la
actriz Lea Thompson y el director Howard Deutch- considera que su rol es muy
diferente a Bella Swan, debido a que es una joven decidida: “Rose no se sienta a
esperar a que las cosas pasen”, comentó a Teen.com, donde también reveló que
tuvo cuatro meses de entrenamiento en artes marciales, boxeo y coreografía.
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